domingo, 12 de abril de 2009

MUNDONEGOCIOS


PAPAS NATIVAS
UNA NOVEDOSA IDEA DE NEGOCIO




En la sierra peruana existe una amplia biodiversidad de la papa, que no es lo suficientemente aprovechada en términos sostenibles. La mayoría de las variedades de papas nativas son desconocidas, y aunque no es posible evidenciar su erosión, si es posible constatar el estancamiento de la producción y un peligro latente de desaparición.
La historia comienza cuándo la empresa A&L pensó mejorar el sistema de comercialización de este tubérculo. La tarea se enmarcaba en el proyecto Promoción de la Producción Competitiva de la Papa Peruana (Incopa), que es coordinado por el Centro Internacional de la Papa (CIP) con financiamiento de la Agencia de Cooperación Suiza. Se buscaban productos atractivos para despertar el consumo, y se llegó a las papas nativas. Pero había que darles valor agregado: seleccionarlas, lavarlas, embolsarlas. Es decir presentarlas como si no hubieran estado nunca bajo tierra –cubiertas de tierra y barro- sino tan limpias como para ir directamente al plato.

El pequeño productor que nunca había tenido donde vender encontró un lugar donde hacerlo de una manera directa y segura. Tika Papa, la marca con la que se venden las papas embolsadas, se encuentran hoy en dia en las tiendas de la corporación Wong. ¿Qué pasaba antes? Un productor traía estas papas pequeñas, de nombres extraños, hasta Lima, las ofrecía en los mercados mayoristas pero la ignorancia de los comerciantes los hacía sentirse fracasados. Y así volvían a las alturas porque en la capital no había demanda. Pero de pronto, las papas nativas son más conocidas y así volvió la confianza en el pequeño agricultor para que siembre más.
Eso ha permitido que A&L pueda vender más de 250 toneladas. La meta es casi quintuplicar lo conseguido. El orgullo de los productores ha producido un efecto multiplicador, porque ahora sí tienen mercado. De unas cuantas variedades de papitas han pasado a una etapa comercial, “sembrando mucho, como nunca antes”, dice Marcos Velásquez, gerente general de A&L.
Hoy más de ochenta comunidades cultivan 500 hectáreas con más de 15 variedades de papas nativas en Cajamarca, Junín, Ayacucho, Apurímac, Huancavelica, y luego contratan camiones y las desmontan en el local de la empresa en Surco. Velásquez dice que por otro tipo de papa se paga S/. 0,50 por kilo, y ellos le pagan a los productores S/. 1,20. Pero en el supermercado se venden al doble de ese precio.
Además, la empresa vende hojuelas de papa –bajo la marca Jalca Chips- en el aeropuerto Jorge Chávez, como si fuera un souvenir directo al estómago. En inglés la variedad Illa Pilpintu es Shining Butterfly, Inti Kallpa es Force of the Sun y Munay Tuta es Midnigth Pasión. El proyecto más próximo es venderlas también en supermercados como cualquier bocadillo. Es un producto gourmet. A estas hojuelas le seguirá el puré de papas nativas.
“Tener solo un producto no cubre los costos, ahora tenemos un abanico de oferta que nos permitirá hacer rentable la empresa”, dice Marcos Velásquez. A&L todavía no piensa en exportar aunque las ofertas sobran. Por ahora existen pedidos de España y Suiza, sin embargo no se les puede abastecer porque recién se está generando una mayor producción para el mercado local. Y para incentivar el consumo se realiza todas las semanas una venta “de la chacra a la olla”: “El Camionazo de Papas Peruanas” se presenta todos los fines de semana en los supermercados Wong y Metro con papa canchán, huamantanga, peruanita y otras. Y es una venta, con precios más baratos, de las marcas Mi tierra y Mi Papa, donde también participan comunidades andinas.

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