viernes, 7 de noviembre de 2008

EL FENÓMENO EMPRENDEDOR

Anita Escalante Rodríguez
Docente de la Escuela de Administración de la UNC
anaesca@gmail.com

En los países latinoamericanos, los problemas actuales en el mercado laboral son producto de los cambios y situaciones que han ido arrojando resultados, que se han ido a su vez acumulando y provocando la crisis actual. En las últimas tres décadas se han suscitado cambios demográficos, vaivenes políticos, transformaciones tecnológicas, crisis financieras que a su vez han provocado quiebras a nivel personal y empresarial, cambios en la inserción a la economía mundial, entre otros. Todo esto ha traído como consecuencia graves problemas en el campo de trabajo. Es hora que surjan nuevas alternativas y entre ellas se habla del emprendedorismo con el emprendedor capaz de generar fuentes de empleo.

El emprendedorismo junto con la creación de fuentes de empleo, se han convertido en temas obligados de discusión como fenómenos mundiales, producto de la crisis laboral que se vive y que afecta particularmente a nuestros países.

Esta tendencia emprendedora tiene que ver con la proliferación de negocios que surgen como iniciativa de los jóvenes, que en los últimos años, en el Perú han empezado a proliferar. La pregunta que nos hacemos es si esta tendencia pertenece a una moda o es simplemente el despertar de una manifestación natural de los jóvenes de emprender y echar a volar sus ideas, no como un capricho o vanidad tal como se presentan las modas que responden a tendencias temporales de algo o alguien, por el contrario, el emprendedorismo no solo modifica las bases de una economía nacional sino que redefine los procesos formativos de los alumnos universitarios por que se contrapone a la idea tradicional de que la educación esta concebida para formar empleados y no generadores de empleo. Todo esto y más, hacen ver que sí han ocurrido grandes cambios y que éstos han marcado la vida de los estudiantes universitarios. Por ello los rasgos de estos jóvenes emprendedores están cargados de los siguientes elementos:

UNA PERSONA CON ELEVADA AUTOESTIMA
Un verdadero emprendedor es capaz de conceptuarse a si mismo como alguien de valía, evidenciando una elevada autoestima. Esta valía personal se origina gracias al reconocimiento de su propio “talento personal” que no es otra cosa que la combinación de una amplia gama de aptitudes innatas o naturales con las que cada uno de nosotros expresamos de una manera particular nuestra propia condición humana.
Este “talento personal” nos diferencia de otras personas y nos sitúa en la cúspide de la creación y es la manifestación visible de nuestra condición humana.
Es importante destacar que este reconocimiento en su persona no es de naturaleza egocéntrica o individualista. El verdadero emprendedor es capaz de reconocer este mismo potencial en todos sus semejantes, independientemente de la condición social, raza, sexo o edad.

Esta es la real naturaleza de un verdadero emprendedor de este nuevo siglo, reconoce en todas las personas que lo rodean potencial y valía lo que le permite tener respeto y consideración hacia todos sus semejantes.
Es importante entender que para que este talento natural sea aprovechado por la persona, requiere ser transformado en habilidades y capacidades concretas. De nada nos vale tener una aptitud natural si esta no ha sido potenciada y enfocada al “hacer” concreto.
Pero, ¿Cómo potenciar y enfocar nuestras aptitudes? La respuesta es con el estudio y la capacitación constante. De ahí la importancia de que la educación sea orientada en primer lugar a propiciar esta búsqueda interior, imprescindible para reconocer nuestro potencial y en segundo lugar a propiciar la transformación de este “talento natural” en habilidades y capacidades concretas.

UNA ADECUADA PERCEPCIÓN DEL ENTORNO
El siguiente elemento lo constituye una aproximación crítica a la realidad que lo circunda y que le permite reconocer las oportunidades y amenazas de su entorno a todo nivel (familiar, comunal, regional, nacional, etc.). Gracias a su alta autoestima es que puede realizar esta observación y análisis sin miedos, complejos o prejuicios.
La educación cumple aquí un rol fundamental, debe ser el espacio en donde aprendemos a conocer nuestra realidad y debe ser el lugar en donde nos enseñen a apreciar lo que somos y lo hemos hecho como nación. Debemos propiciar una educación que esté conectada con la realidad y que permita reconocer qué está “hecho” y qué falta por “hacer” en la comunidad para alcanzar el desarrollo.
Nuestro emprendedor comprenderá que el mundo en su constante, permanente y acelerado cambio, es un mundo pleno de oportunidades, que pueden ser aprovechadas si se cuenta con una buena dosis de coraje, imaginación, creatividad y optimismo.

Esta comprensión crítica de la realidad sumada al propio reconocimiento de su potencial le permiten desarrollar el tercer elemento del emprendedorismo: la visión.

UNA VISIÓN
Este tercer elemento expresa la particular versión de futuro posible o “futurible” en el que el emprendedor plasma lo que, en su opinión, refleja el concepto de “construir un mejor lugar para vivir”.
Esta visión, que sólo es posible desarrollarla sobre la base de una sana autoestima y una clara comprensión del entorno, posee tres características:
Es deseable, es decir refleja, bajo la perspectiva del emprendedor, una mejora.
Es posible, es decir tiene un anclaje con la realidad y es el resultado de un análisis realista del entorno.
Está vinculada al desarrollo de la comunidad, es decir, no es un sueño individualista y egoísta si no que refleja la idea que todo desarrollo propio debe estar vinculado al desarrollo de la comunidad para que el primero sea sostenible en el tiempo.

Por lo tanto; no podemos hablar de emprendedorismo si falta uno de estos elementos, en mi opinión, debemos evitar enfoques que vinculan exclusivamente al emprendedorismo con la empresarialidad como su resultado y razón de ser, o peor aún con el individualismo egoísta que se expresa en el mercantilismo y el relativismo ético, en donde lo importante es el éxito individual y para alcanzarlo está permitido todo.
También con esas definiciones que trata de vincular al emprendedorismo únicamente con el desarrollo de habilidades y/o capacidades necesarias para triunfar en el mundo laboral y de los negocios.

Creo que cuando hablamos de educación emprendedora estamos hablando de contenidos y metodología que permitan que estos tres elementos puedan desarrollarse en la persona, solo así, estaremos seguros de que estamos contribuyendo con la construcción de una sociedad capaz de generar desarrollo económico sostenible en un marco de justicia, paz y libertad.

No hay comentarios: